Persigo a alguien, no sé quién es. A veces voltea a ver una o dos veces para asegurarse que le sigo, no logro ubicar su cara de entre las miles que he visto en mi vida; a veces es hombre y acelera el paso, corre. Otro momento- ahora es mujer y el tiempo se detiene, es necesario que la imagen se quede grabada en mi memoria: un parque gigantesco, flores por doquier –blancas-amarillas- y otro color que combina con la escena, también un dulce aroma, muy difícil de describir.
Despierto: Todo está aun más borroso, pero logro recordar partes de mi sueño. Me quedo así diez minutos tendido en la cama – recordando/meditando- Consigo conectar el parque con una calle antes soñada, unos años atrás.
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